MEMORIAS DE ARTURO
Es uno de mis primeros recuerdos … La mesa grande , para mis padres y sus invitados , con el mantel blanco y los centros de flores – gladiolos , rosas y celindas – bajo el emparrado , en la empedrada plazoleta que existía ante la casa . Y , algo más próxima al estanque , la nuestra , la de los niños , con el mantel de cuadritos rojos y blancos y la gran jarra de agua fresca , recién sacada del pozo . Aquel día , además de mis hermanos y yo , la ocupaban otros dos chicos muy tiquismiquis que eran hijos del capitán Bolívar . Y , más allá , sentados bajo la higuera y aguardando a que nosotros finalizásemos nuestro almuerzo , los hijos de Alfredo , el aparcero de la huerta , con los ojos muy pendientes de cada uno de los platos que su madre , Palmira , nos iba trayendo sin ocultar su gesto avinagrado .
En aquellos días , desde luego , no se me ocurrió preguntarme la causa por la que aquellos chicos no compartían la mesa con nosotros , pero quien sí lo hizo fue mi hermano Javier y , en seguida , mamá le respondió :
— Es que ellos han comido ya . La gente del campo madruga mucho y almuerza antes que la de la ciudad .
De la mesa de los mayores nos llegaban continuas risas y la charla parecía muy animada , por lo que una vez más quise crecer muy pronto y hacerme mayor a fin de disfrutar como ellos . Algunos rayos de sol lograban filtrarse por las rendijas de aquel techo vegetal y ponían alegres brillos en las copas llenas de rojo vino y en las ensaladeras .