Los nueve círculos-teaser | Page 27

38 Fernando de Villena
En la mezquita , ante el altar mayor , mi tía Ana , enjuta y cariñosa , me mostró la figura en piedra de un toro tendido en el suelo ( el símbolo del evangelista san Lucas ) y como yo le preguntase acerca del mismo , ella me improvisó la respuesta de que aquel animal había transportado sobre su lomo todas las columnas del recinto y , al final de tan gran esfuerzo , reventó .
También ella me contó lo referente al caimán de la Fuensanta y cómo tenía atemorizadas a todas las gentes de Córdoba hasta que un hombre cojo de gran valor consiguió darle muerte en la orilla del Guadalquivir . Sin saberlo , se estaba remontando con sus palabras a las leyendas del héroe o rey mútil que vence al dragón . El animal , colgado en la puerta del bellísimo santuario , me impresionó mucho .
Otro día fui con mi hermano Miguel al cine a ver una película de guerra que me pareció aburridísima y , al salir y verme en aquella ciudad desconocida , experimenté un gran desasosiego . Pero es que mi hermano , barruntando mi preocupación , me dijo que nos habíamos perdido y que esa noche tendríamos que dormir en la calle . Mi angustia fue en aumento y todavía recuerdo la rabia que sentí cuando llegamos con toda facilidad al hotel y Miguel comenzó a reírse de mis aprensiones .
Mis últimos recuerdos de aquella década están vinculados al nacimiento de Juan , mi nuevo hermano . Debía de andar yo algo celoso de que ahora casi todas las atenciones de mamá fueran para el neonato y , en principio , fingí desinterés hacia él , pero la curiosidad me ganaba y , a escondidas , iba a vigilar su sueño . Me producía extrañeza hasta el color verde de sus deposiciones en los primeros días , pero enseguida le fui cobrando cariño e incluso llegué a creer que era yo el encargado de velar por su seguridad .