¿Qué nos manda?
El segundo mandamiento nos ordena honrar el santo nombre de Dios, respetandolo y cumplir los votos, además de los juramentos.
¿Qué nos prohibe?
El segundo mandamiento nos prohíbe pronunciar el nombre de Dios sin respeto, blasfemar contra Dios, contra la Santísima Virgen y contra los Santos y hacer juramentos falsos, o innecesarios, o de algún modo ílicitos. Pronunciar el nombre de Dios sin respeto quiere decir pronunciar este santo nombre y todo lo que se refiere de un modo especial al mismo Dios, como el nombre de Jesús, de María y de los santos, con algún enojo, por burla o de otra manera poco reverente.
2do. Mandamiento
No tomarás el nombre de dios en Vano
El segundo mandamiento nos ordena reverenciar el santo nombre del Señor, y hablar siempre de Dios y de las cosas santas con profundo respeto que se manifiesta pronunciando e invocando, ya sea el santo nombre de Dios, ya el de su único Hijo Nuestro Señor Jesucristo, con sentimientos de piedad y veneración (cf. F. X. Schouppe S.J., «Curso abreviado de religión», París-México, 1906, pp. 370-371).