Los Kape y Luz 2 | Page 13

Cuento

Descubriendo el espacio

Julia Russo

Antony, Camila, Lucas

Luna miraba atenta la pantalla. “Mamá, mamá, vení a ver, lanzaron un satélite argentino al espacio”, dijo. La sonrisa le abarcaba de punta a punta la cara.

“¿Para qué sirve un satélite?”, se preguntó Luna, mientras seguía el trayecto ascendente de la imagen.

Su mamá le dijo que en este caso, servía para comunicar mejor a un país.

“Yo quiero conocer la luna. Y el sol y cada estrella”, le dijo a su mamá.

“Pero eso es muy difícil, Luna, además no podemos ir hasta el sol, porque es una estrella y hace demasiado calor, es como viajar al fuego”

“Mamá, ¿en qué puedo viajar al espacio?”, preguntó Luna.

A la mamá se le hacía tarde y tenía que terminar con otras cosas. Luna se recostó y pronto se durmió.

De repente,viajó como cuatrocientos mil kilómetros en una nave muy especial.

Una navecita en la que solo entraban ella y su almohada

“Bienvenida”, escuchó.

“¡Ho-la”, dijo Luna, un poco asustada.

“Bienvenida a la luna”, repitió una voz como de señora enojada.

La Luna le preguntó el nombre a Luna y se sorprendió de la respuesta.

“Bueno, señora, ya verá que yo... eh, yo me llamo igual que usted”.

“¿Así que te llamas Luna?...“, comentó la Luna y a Luna ya le daba dolor de pansa, igual que cuando escuchaba en los cuentos que el lobo andaba cerca.

Ma-ra-vi-llo-so.

Sú-per.

Ge-nial.

La luna estaba feliz pero Luna no entendía el motivo ya que era una simple casualidad llamarse de la misma forma.

“Hace millones de años que estaba esperando”, le dijo, “¿sabés para

qué? Para descansar. Solo quiero descansar” .

Luna prometió ayudar a la Luna a descansar, ella se encargaría de activar un sistema de alarmas a las estrellas para avisarles que, las noches que la Luna descansa, ellas deberán brillar un poco mas.

Luna se sintió tan feliz de poder ayudar que, de repente sonrió dormida, abrazó con fuerza su almohada y emprendió el viaje de regreso.

“Debo marcharme, señora Luna, pero las estrellas siempre la ayudarán”, dijo la niña montada en su navecita.

Esa mañana, cuando llegó a la escuela, tenía una gran aventura para contar a sus compañeros.