a costar sus buenos días de montajes.
Cuando nosotros llegamos el 81, aparte de eso tan
dúctil que nosotros teníamos, nos sabíamos de taquito
los temas, yo podía estar poco menos que tomando cerveza, leyendo el diario y tocando el tema, y teníamos todo
calculado. Me acuerdo que los amigos de nosotros se
morían de la risa porque yo estaba re’ lejos y empezaba
a caminar y llegaba justo cuando iba a tocar. Era todo así
fríamente calculado, podíamos hacer lo que quisiéramos,
cuando lo quisiéramos, podíamos tocar espectacularmente.
Afiche de concierto de “Alturas de Macchu Picchu” en Chile. Documento original de archivo
Jaivamigos.