Arriba: Mario, Gato y Claudio en concierto.
Fotografía original de archivo Los Jaivas.
trio. Son los pueblos los que se encuentran, guardando
cada uno su identidad, y forman una comunidad. Ningún
pueblo pierde su perfil, ninguna casta pierde su personalidad por comerciar con otra.
En el 81, que es nuestro regreso a final de cuentas, ya
en ese momento nosotros veníamos con un recital tipo,
que era un poco más dúctil, pero que también era nuevo
eso, para Chile, y Europa también. Nosotros habíamos
aprendido en Europa qué es lo que los conmocionaba a
ellos, cómo empezar el concierto, y habíamos practicado y teníamos un resultado positivo excelente. Aplicamos
eso mismo acá en Chile y funcionó igual, con la diferencia de que aquí estábamos en Chile y que en ese tiempo
nosotros parece que estábamos con la música muy en
las manos, veníamos de hacer “Macchu Picchu”, estábamos haciendo “Violeta Parra”, dominábamos parte de
todos los temas, entonces no nos costaba mucho en un
concierto sacar uno y poner otro, cosa que no es igual
actualmente, porque si hoy sacamos tres o cuatro temas
y los cambiamos, eso significa mínimo unos quince días
de ensayo, y no esa movilidad de esos tiempos en que
estaba todo tan fresco, “toquemos ‘El Guillatún’.”, “claro, toquemos ‘El Guillatún’.”, “oye y ‘La Poderosa Muerte’.”, “al tiro ‘La Poderosa muerte’.”. En cambio ahora
“El Guillatún” es un despedacerío, estamos recogiendo
las piezas para juntarlas, porque tenemos que dilucidar.
Tenemos las multipistas, pero resulta que a veces no se
tiene la posibilidad de tenerlas aquí, de tenerlas aquí y de
tener un teclado. No ha pasado eso, va a tener que pasar,
pero increíblemente ahora que estábamos ensayando
eso, en un estado súper primario, re’ primario, pero igual
uno sabe que va a salir, claro, tiene que salir, pero nos va