Dibujo de de Huairuro, Gabriel y Pájaro Canzani
de René Olivares. Documento original de archivo Los Jaivas.
bo de la dinastía Ming, que por parte baja debe haber
costado un millón de dólares, claro, entonces tú no te
atrevías ni a tocarlo. Y el baño, y la cama, la cama, con
los pilares, el cuadro en el espaldar. O sea una casa de
hiper millonarios.
Entonces, de pronto “hello, EMI London”, “we are
here”, “oh, ok”, “coming”. Claro, “vengan, vengan y nos
encontramos aquí”, y el tipo va para allá. Llega el gringo,
de Londres nos va a visitar. La primera reunión se produce en Biarritz. Entonces llega el gringo, lo vamos a buscar no me acuerdo dónde, en tal caso, en ese tiempo, ya
habíamos dejado correr a lo mejor diez días en Biarritz, o
más incluso, no me acuerdo bien pero ya nosotros habíamos hecho amistad con gente de Biarritz, que no podían
creer que estos huevones hubieran llegado a ese castillo,
no les cabía en la cabeza pero era realidad. Y nosotros
andábamos por Biarritz y éramos del castillo, éramos del
castillo, no nos van a venir con leseritas a nosotros si somos del castillo. Nos fuimos haciendo amigos y ellos iban
a la casa de nosotros, empezaron a ir, y cuando llega el
momento de invitar al inglés, entonces se la tomaron en
serio y dijeron “ah no, pero no se preocupen, nosotros
les llenamos la mesa”, hicimos el pacto con ellos. Y efectivamente, llega el gringo, lo mismo que tuvimos que pasar nosotros, llega y nosotros “hola, ¿qué tal?”, el Salón
Rojo, conversando un poco, un champagne y pasamos
al comedor. Cómo sería ese comedor, o sea en la mesa
cabían treinta personas de todas maneras, ¡treinta!, así
de lujo. Y la mesa servida así “tesoro”, de esas películas
de Hollywood, ni siquiera otras películas, y el gringo ahí
sentado en una de las cabeceras, y yo me acuerdo que
estaba en la otra. Nos habían puesto todos los mariscos,