caían más de alguna vez las conversaciones sobre el imperio Inca, sobre tantas batallas, otras veces nos olvidábamos y le echaban tallas algunos, bueno, pero de nuevo
caíamos, entonces era nuestra existencia, y nuestra existencia está reflejada en los cuadros de René, como está
reflejada también en nuestra música.
Con Europa la historia es muy divertida, porque nosotros llegamos, es decir Albertito Ledo y María, que es
su mujer, que es suiza, tenían amigos de alta alcurnia en
Argentina, entonces resulta que cuando nos vamos a ir,
el viaje a Europa se demoró como unos cinco meses en
prepararse, entonces hubo tiempo para todo, tanto para
todo que María dijo: “¿dónde vamos a llegar?”, y tenía
sus amigos millonarios, una gran familia vasca-argentina,
entonces se consiguió la casa de ellos en Biarritz, porque dijo “después los chiquillos van a conseguir lo que
sea, pero por lo menos nosotros llegamos a una casa un
tiempo”. Se la había conseguido por cuatro meses, ella
en tanto que es europea ya más o menos se cachaba en
la aventura que estábamos metidos, nosotros no, pero
ella sí. Resulta que habla con esta familia, le cuenta la
historia, y le dicen “ya, ahí tienen todo, ya, vayan para
allá”, lo que no sabíamos nosotros era que nos íbamos a
ir en barco todavía.
Gabriel, Gato, Claudio, Pájaro Canzani, Eduardo y Alberto Ledo en París. Fotografía original
de archivo Los Jaivas.
Claudio: Nos llevamos todo a Europa, hasta los colchones. Nos fuimos en un barco, con unos conteineres con
todo. Eran más de dos semanas y hacía escala, primero
en Santos en Brasil, después en Río, y después en Lisboa. Nosotros íbamos camino al puerto de Génova, porque hasta ahí llegaba el barco. Albertito había dicho que
llegábamos a Génova y de ahí nos íbamos a París, pero