EL ALMOHADÓN DE PLUMAS – HORACIO QUIROGA COMENTARIO LITERARIO
POR: LUIS ARTURO CASTILLA PONCE
Horacio Silvestre Quiroga Forteza fue un cuentista, dramaturgo y poeta uruguayo. Fue el maestro del cuento latinoamericano, de prosa vívida, naturalista y modernista. Sus relatos, que a menudo retratan a la naturaleza bajo rasgos temibles y horrorosos.
La vida de Quiroga fue marcada por la tragedia, los accidentes y los suicidios, culminó por decisión propia, cuando bebió un vaso de cianuro tras enterarse de que padecía cáncer de próstata. 3
La historia narra sobre una mujer llamada Alicia, quien recientemente se había casado, sin embargo no se sentía feliz. Su marido Jordán la amaba profundamente pero nunca lo demostraba. Alicia viva en una casa grande con sirvientas y todos los lujos, pero se sentía sola, falta de afecto y cariño por parte de su esposo. De repente Alicia se enferma, esto la llevo a estar días en su cama. Los días pasaron y Alicia cada vez estaba peor. Alicia no mostraba sentirse mejor. El tiempo pasaba, tan grave estaba, que ya no podía levantar su cabeza, le prohibió a las sirvientas que la tocaran y que le cambiaran la almohada. Un día, Alicia fallece, la sirvienta se encargó de recoger el cuarto donde Alicia falleció, al levantar la almohada, grita llamando a Jordán. Jordán busca un cuchillo y abre un agujero en la almohada, allí andaba un monstruoso animal, que desde el día en que Alicia había estado en la cama, se había encargado de extraerle la sangre hasta causarle la muerte.
Tal vez la vida de Horacio Quiroga puede estar relacionada con esta triste historia ya que varias de sus esposas y novias han muerto o se han suicidado. Horacio Quiroga pudo representarse como Jordán en este cuento ya que lo que ambos tienen en común es la muerte de su esposa.
Yo recomendaría este cuento porque al leerlo identifique que los matrimonios de buen ingreso, dejan muy apartado el lado amoroso y descuidan a la esposa como este protagonista y creo que este cuento resalta la importancia de la salud y el amor hacia el prójimo.
pág. 12