Los Grandes de la Literatura 2° "A" Grandes de la literatura | Page 11
La oportunidad llegó cuando menos la esperábamos. Mi marido partió para la ciudad a arreglar unos
negocios.
Tardaría en regresar, según me dijo, unos veinte días.
No sé si él se enteró de que mi marido se había marchado, pero ese día despertó antes de lo
acostumbrado y se situó frente a mi cuarto. Guadalupe y su niño durmieron en mi cuarto y por primera
vez pude cerrar la puerta.
Guadalupe y yo pasamos casi toda la noche haciendo planes. Los niños dormían tranquilamente. De
cuando en cuando oíamos que llegaba hasta la puerta del cuarto y la golpeaba con furia…
Al día siguiente dimos de desayunar a los tres niños y, para estar tranquilas y que no nos estorbaran
en nuestros planes, los encerramos en mi cuarto. Guadalupe y yo teníamos muchas cosas por hacer y
tanta prisa en realizarlas que no podíamos perder tiempo ni en comer.
Guadalupe cortó varias tablas, grandes y resistentes, mientras yo buscaba martillo y clavos. Cuando
todo estuvo listo, llegamos sin hacer ruido hasta el cuarto de la esquina. Las hojas de la puerta estaban
entornadas. Conteniendo la respiración, bajamos los pasadores, después cerramos la puerta con llave y
comenzamos a clavar las tablas hasta clausurarla totalmente. Mientras trabajábamos, gruesas gotas de
sudor nos corrían por la frente. No hizo entonces ruido, parecía que estaba durmiendo profundamente.
Cuando todo estuvo terminado, Guadalupe y yo nos abrazamos llorando.
Cuando mi marido regresó,
lo recibimos con la noticia de su muerte repentina y desconcertante.
Este cuento se me hizo me hizo muy interesante y misterioso se lo recomiendo nunca te fallara amparo
Dávila
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