El Caribe
La adquisición de las Antillas españolas y el control del Caribe fue uno de los objetivos constantes de la política exterior norteamericana. En varios de los manifiestos en que se hace alusión a estas islas, la tónica mantenida es similar. Sirvan como ejemplo las palabras del presidente Johnson, pronunciadas en diciembre de 1868: Una política nacional inteligente parece que deba sancionar la adquisición e incorporación en nuestra República de las diversas comunidades adyacentes continentales e insulares tan pronto como pudiese hacerse pacífica y legalmente y sin violación alguna de la justicia, la fe y el honor nacional. La primera propuesta de Washington a España para comprar Cuba fue realizada en 1808, bajo la presidencia de Jefferson. En esta ocasión incluso se pensó en llegar a un acuerdo con Napoleón para quedarse con la isla. Sin duda, la invasión napoleónica y las guerras independentistas americanas sirvieron de estímulo a Estados Unidos para iniciar una política de intromisión en el continente americano.
Las miras puestas en Cuba, en la República Dominicana y en Puerto Rico, por su posición estratégica ideal, hicieron fracasar la idea de liberar a Cuba y Puerto Rico presentada en el Congreso de Panamá de 1826. El control del Caribe y los intereses económicos-comerciales que ya Estados Unidos vislumbraba en estas islas motivó la adopción de tal postura, ya que juzgaba como un mal menor la tutela de España.