los desastres de la guerra DESASTRES DE LA GUERRA - Goya- | Page 35

de Móstoles cobra aquí escenificación precisa. 37 La composición en diagonal, colocando el cuerpo que va a descar- gar el hachazo terrible, consigue dinamizar con su posición de impulso des- de atrás en una precisión anatómica tan severa que nos agita sin tener que recurrir a los efectos de luz, propios de muchos grabados de Rembrandt, consigue la terrible luminosidad de una escena que parece ser descrita con la objetividad de una cámara fotográfica, pero con el dominio de un crea- dor de excepción que sabe dónde y cuándo quiere acentuar cada gesto, cada actitud, cada emoción. Es ahí en ese saber mostrar las emociones y dibujar- las con convicción donde nos da lecciones que nos producen admiración y donde Goya se manifiesta sin duda como el creador con mayores registros de emociones y sentimientos de los seres humanos, sobre todo cuando están sometidos a tensiones tan dramáticas como las escenas de una guerra libra- da en calles, plazas, campos. Consigue transmitirnos la fuerza del horror y la desesperación en acción. Además logra precisión sin atenerse a un dibujo academicista, frío, milimétrico. Si analizamos sus trazos, sus figuras, podremos encontrar dis- torsiones producidas por una agilidad ejecutiva casi febril, pero que ahon- dan la eficacia comunicativa. Rompe con los cánones neoclásicos, pero tam- poco entra en los excesos barrocos, compone con una sabia economía, para darnos el “fotograma” exclusivo, ese que pretende decirnos qué sucede en cada uno de los personajes, cuál la sinrazón final de su acción o la conmo- vedora veracidad de sus reacciones tan verosímilmente humanas.