Los cuadernos G y H de Burdeos CUADERNOS G Y H BURDEOS REVISADO | 页面 5
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Burdeos en el momento de la llegada de Goya
Cuando Goya abandona España camino de Burdeos, el país que deja estará sumiéndose en la
atroz figura de Fernando VII y su absolutismo, con la inestimable ayuda que la mayor parte de las
monarquías europeas coaligadas en el congreso de Viena (1815) hicieron para evitar que pudieran
reproducirse los hechos de la Revolución francesa y el ascenso de imperios como el de Napoleón.
Algunos países europeos, tras la derrota de Napoleón, habían vuelto a reinstaurar las monar-
quías absolutas y veían con recelo el régimen liberal español (1820-23). Estos países eran los que
habían sido miembros de la Santa Alianza: Prusia, Rusia y Austria, a los que se sumó Francia
cuando la monarquía fue restaurada en la figura de Luis XVIII. Conocido como “el deseado”
fue rey de Francia y de Navarra (título inherente más que práctico en la parte sur navarra)
entre 1814 y 1824, a excepción del breve periodo conocido como los Cien Días en que Napoleón
recuperó esporádicamente el poder, siendo el primer monarca de la restauración borbónica en
Francia. Al morir sin descendencia le sucederá su hermano con el nombre de Carlos X (1824-30).
En el primer tercio del siglo XVIII (antes de la crisis y revolución liberal de 1830), Burdeos era
una ciudad con una boyante actividad económica donde el tráfico portuario, la riqueza de sus
viñedos y las manufacturas textiles posibilitarían que se construyeran en el transcurso del si-
glo muchos edificios del centro (unos 5000), incluyendo los de los muelles, Víctor Hugo encon-
tró la ciudad tan bella que dijo: “Tome Versalles, añada Amberes y tendrá Burdeos”. El Barón
Haussmann, durante largo tiempo prefecto de la ciudad, utilizó la reconstrucción del Burdeos
del siglo XVIII como modelo cuando Napoleón III quiso transformar la entonces cuasi-medieval
París en una capital moderna. Su próspera economía le hizo contar con edificios como el teatro de
la ópera antes que París. Existía un hospicio manufactura en donde estaban congregados niñas
y niños huérfanos que hilaban y tejían medias, pese a la explotación infantil, se consideraba un