Los cuadernos G y H de Burdeos CUADERNOS G Y H BURDEOS REVISADO | Page 18

18 vía. Veintinueve dibujos del Álbum H, pertenecientes al lote vendido por Javier o Maria- no Goya a Román Garreta, se conservan, como hemos comentado, en el Museo del Prado. El papel de los dibujos suele tener tres tipos de filigranas: 1.- Gran corazón rematado por trébol; 2.- Cruz de s. Andrés entre dos leones afrontados; 3.- Letras RJ cortadas por el borde de la hoja. Un segundo conjunto de diseños de los álbumes de Burdeos fue adquirido directamente por Federico de Madrazo a Javier Goya. Federico regaló tres hojas a Charles Gasc, dos de ellas correspondientes al Álbum G y una al H. El grueso de su lote, formado por una treintena de dibujos Un grupo de ellos pasó a un comprador, Ramón Garreta, y Madrazo regaló su lote aca- bó en manos de Bernardino Montañés, director de la Escuela de Bellas Artes de Zaragoza. (6) Tras su muerte pasaron a Aureliano de Beruete quien los vendió después de 1907 –año en que Lafond publicó, y luego vendió, los dibujos de Beruete con el título de Nuevos Caprichos de Goya al coleccionis- ta berlinés Otto Gerstenberg. Desaparecidos durante la II Guerra Mundial, durante mucho tiempo se pensó que habían sido destruidos después de la toma de Berlín en 1945. Los dibujos de la colección Gerstenberg, heredados por su hija Margarete Scharf -entre los que se encontraban dieciséis hojas del Álbum G y catorce del H-. Treinta por tanto en total que acabaron en los fondos del State Hermi- tage Museum de San Petersburgo requisados por los soviéticos tras su entrada en la capital alemana. Aparte de los dos grandes lotes procedentes de Javier Goya -el grupo Garreta del Pra- do y el grupo Gerstenberg-Scharf del Hermitage- otro conjunto formado por una vein- tena de dibujos de los álbumes bordeleses no perteneció al hijo del pintor, sino a Leo- cadia Weiss. Ese conjunto fue identificado por Gassier como el Álbum Hyadès-Boilly. En Burdeos Goya sigue el camino emprendido en su casa de la Quinta del Sordo cuan- do hace, directamente para sí mismo, en un gesto de absoluta libertad, lo que siente y quiere expresar, desde lo más íntimo de sí, sin tener que rendir cuentas a nadie. Alcanza el estatus más radical del creador: ser él. Sin aditivos ni enmascaramientos. No desesperes que algún