Los cuadernos G y H de Burdeos CUADERNOS G Y H BURDEOS REVISADO | Page 12

12 Y dado que ya sabe que le queda poco tiempo y tras haber solicitado del rey Fernando VII por los más de cincuenta y tres años de servicio a los diversos reyes, éste le contesta el 17 de Junio de 1826 “…que en cuanto al segundo estremo relativo al sueldo con que há de juvilarse, le parece que en consideración á los muchos años que lleva de servicio se hace acreedor á que se le concedan los cincuenta mil reales que disfruta en el dia, porque su avanzada edad promete que será poco el tiempo que goze por una razón natural de esta gracia.” Es decir, el Rey considera que como va a morir pronto tampoco va ser mucho el tiempo que ha de tener que pagarle. En esos instantes Goya estaba en Madrid. En la noche entre el 15 y el 16 de abril de 1828, en el tercer piso de un edificio de la calle Rue de l´Intendance, número 57, fallece a los 82 años, al parecer (sin confirmar) por las consecuencias derivadas de una caída por la esca- lera. La placa de bronce de la entrada es obra de Mariano Benlliure y la lápida del patio es un encargo de Zuloaga. En la fachada del Instituto Cervantes luce un medallón del pintor aragonés. Su muerte fue descrita con realismo estremecedor por Leocadia Zorrilla (ver Anexo) en una carta a Moratín. En la Iglesia de Notre Dame se celebraron las exequias. Presidieron el cortejo fúnebre amigos de su círculo más íntimo: Pío Molina, Antonio Brugada, Braulio Poc, Bernardino Amati, Santiago Galos al que había confiado sus finanzas en Francia.(4) Sería enterrado en el cementerio de la Chartreuse en la misma tumba que su amigo y consuegro Martín Miguel de Goicoechea. Cuando murió era apreciado solamente por el pequeño grupo de amigos y familiares que le acompañaron fielmente hasta el final, pues su trabajo plástico, profundamente personal, estaba lejos de las modas del momento. (2) Bulletin Hispanique 52-1950 (3) Diplomatario de Canellas –ver Bibliografía- (4) Revista Andalán. Cultura y Sociedad 4/10/2012