En cuanto la familia pobre vio esto, decidió competir.
A diferencia de ellos, los ricos, no dudaron en anotarse ya que querían más dinero del que tenían.
Al día siguiente las dos familias se encontraron en la isla donde ocurriría la carrera, en la que tendrían que aprender a jugar en equipo, convivir, compartir y arreglarse con lo que encontraban.