Arte
Por Gabriela Doldán
Veronika Koop
La disolución de lo figurativo
Después de emigrar desde Europa a Paraguay a causa de los desastres causados por la Segunda Guerra Mundial,
Veronika Koop se asienta en Paraguay, forma una familia y se entrega al arte. Sus obras muestran la disolución de
las formas y su autora nos cuenta sobre su largo recorrido por lo figurativo hasta llegar a la abstracción. Hoy, con
86 años sigue con la misma fuerza creativa de sus inicios. LONG tiene la primicia de dar a conocer su nueva serie
titulada Así es la vida, compuesta por catorce óleos.
La artista plástica Veronika B raun Koop nació el 10 de diciembre de
1929 en Gnadenfeld (Ucrania), aunque tiene nacionalidad alemana y
ciudadanía europea. Se casó con el ya fallecido alemán Victor Koop,
con el que tuvo cuatro hijos, nietos y bisnietos. Llegó a Paraguay como
inmigrante después de la Segunda Guerra Mundial en el año 1948, en
un momento vital en el que la guerra “se lo había arrebatado todo”,
según nos cuenta. Nos habla de la desaparición de su padre, de la
pérdida de sus bienes, el hambre y la travesía en el barco que la trajo
a Paraguay. Recuerda que llegó sin nada y rememora su operación de
apendicitis en la Cruz Roja sin anestesia, ya que no tenía dinero para
pagarla. Empezaron desde abajo y formaron la empresa familiar que
gestionaba su marido.
Entre 1960 y 1964 realizó estudios de dibujo y pintura por
correspondencia en la École A.B.C. de París recibiendo su diploma de
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LONG DISEÑO
fin de estudios con honores. Su calidad como alumna le valió realizar
su primera exposición en conjunto con su profesor guía Werner
Gisevius. Ambos expusieron sus obras en Unión Club con el apoyo de
la Embajada de Alemania y Amigos del Arte.
Insertar su arte al mercado local nunca fue fácil. Veronika recuerda
riéndose: “llevaba mis obras a galerías y querían mis flores. No me
entendían y de rabia pintaba flores de un metro por un metro. Nunca
me rendí, comprendo que mis obras no son para todos, pinto lo que
me gusta”.
Veronika sintió la misión de transmitir toda su experiencia con el arte
a través de la educación y es así como empezó enseñando en los
colegios Alberto Schweitzer y Concordia. Posteriormente abrió un
atélier que creció, se formalizó y se reconoció como Instituto Superior