Literatura BDSM La Sumisa Insumisa ( Rosa Peñasco ) | Page 79
—Por fin he tenido suerte: te he encontrado a ti.
—Bueno, pero yo no soy tu sumisa...
—Mi intuición nunca me ha fallado en estas cosas. Tú aún no lo sabes, pero eres
un diamante en bruto que a mí me encantaría pulir y poner al servicio del BDSM.
—¿Te refieres a las siglas de Bobadas, Delirios, Sandeces y Mentiras?
—Mira, ni de broma, por favor, ni de broma te mofes del BDSM...
—Bueno, perdona si te he ofendido. No ha sido mi intención...
—¡Perfecto! ¿Ves? ¡Pero si te sale de manera natural una actitud de sumisión!
—Te equivocas, es sólo respeto y educación.
—Míralo como quieras, pero a poquito que me hicieras caso yo estaría
encantado de ayudarte a descubrir esa parte de ti...
Por mucho que lo camuflase con bromas, en el fondo me quedaba perpleja cada
vez que decía estas cosas, y aunque la mayoría de las veces pensaba que todo era
parte de la eterna táctica que se utiliza para ligar con alguien, no es menos cierto
que también llegué a plantearme la posibilidad de que una persona con
experiencia y hasta con cierto sexto sentido, o si acaso un sentido muy desarrollado
en algunos círculos como en este caso era el ambiente sadomaso, pudiera saber o
intuir cosas de mí que aún no conocía ni yo misma.
Es más: todavía me pregunto si por haber concedido aquel beneficio de la duda,
esta historia pudo crecer y dar un paso definitivo a partir de entonces. Porque
cuando AMOSAPIENS ya me había contado infinidad de cosas sobre el BDSM,
aterrizó, dentro de esta fase de «luna llena», otra microetapa que consistió en un
punto aún más excitante que el anterior. Me refiero al juego de la seducción más
intenso, al tira y afloja en su punto más álgido o a la guerra de corazones y
cerebros que, sin saber, mantienen los amantes que aún no lo son, pero que no
tardarán en serlo...
Claro que en esta batalla sin tregua, el AMO del norte se ayudó de tácticas no
demasiado limpias, aunque yo hice lo mismo cuando, tras descubrirle el juego, me
callé e hice como si nada hubiese pasado. Quiero decir que después de un día
cualquiera de chateo mañanero por el Messenger, AMOSAPIENS me dijo