Literatura BDSM La Sumisa Insumisa ( Rosa Peñasco ) | Page 166

esta noche necesitamos más que nunca beneficiarnos del invento? ¿Por qué me has traído a Barcelona? —¡Bufff, qué incordio! ¡Ya se ha despertado Mafalda! —Menos coñas, Sapiens: sabes que necesito saber... —Te equivocas: ayer vi claramente que necesitas sentir y olvidarte de racionalizar. Créeme: en el fondo te hago un favor si no te respondo. —Grrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr. —Además soy tu AMO, tú eres mi sumi, y debes obedecer sin que tenga que explicarte nada. —¡Negativo! ¡Error! ¡Error! ¡Error! —dije, imitando una especie de tonillo mecánico «tipo robot»—. He pasado una noche estupenda contigo y la volvería a vivir mil veces, pero no olvides que te llamo AMO porque es un jueguecito que te pone, pero no porque yo sea tu sumisa o la sumisa de nadie. Ya te dije una vez que si el mundo es yin y también yang, es un desperdicio tener que elegir entre Jane y Tarzán. Además, lo de ser AMA-zona también me atrae un montón. —Jajajajajajajajaja: sigue así y verás. Sigue sin reconocer la evidencia. Sigue pidiendo a gritos más pruebas que ese santo que no se creyó nada hasta que no vio y tocó. No te preocupes, ¿necesitas más? Sabes que tengo paciencia y te daré esas pruebas, perrita: esta noche seré generoso y te daré esas pruebas, lo tuyo y lo del inglés... —Me está entrando un mosqueo con esta noche que ni te cuento. ¿Qué pasa? ¿Perderé el zapato de cristal? ¿Te convertirás en sapo? ¿Algún coche se volverá calabaza? —De momento te diré algo: son las seis y debo irme ya porque necesito hablar con algunas personas, precisamente de esta noche. Ya ves: tu AMO te da la tarde libre. —Pero... AMOSAPIENS se percató de mi nuevo agobio y creo que se decidió a abrazarme para infundirme tranquilidad. —Sabes que nunca haría nada que te hiciese daño. —Lo sé. —Entonces, ¿para qué sufres? ¡Vive el momento! Aprovecha el mar, la luz y esta