Literatura BDSM Cincuenta sombras más oscuras | Página 318

—No, Ana. ¿Puedo servirle una copa o algo? Parece agotada. —Me encantaría una copa de vino. —¿Blanco? —Sí, por favor. Me siento en uno de los taburetes y ella me ofrece una copa de vino frío. No lo conozco, pero está delicioso, entra bien y calma mis nervios crispados. ¿En qué había estado pensando antes? En lo viva que me sentía desde que había conocido a Christian. En que mi vida se había convertido en algo emocionante. Caray… ¿no podría tener al menos un par de días aburridos? ¿Y si nunca hubiera conocido a Christian? Ahora mismo estaría refugiada en mi apartamento, hablando con Ethan, completamente alterada por el incidente con Jack y sabiendo que tendría que volver a encontrarme con ese canalla el viernes. Tal como están las cosas ahora, es muy probable que nunca vuelva a verle. Pero ¿para quién trabajaré? Frunzo el ceño. No había pensado en eso. Vaya… ¿seguiré teniendo trabajo siquiera? —Buenas noches, Gail. Christian vuelve a entrar en el salón y me distrae de mis pensamientos. Va directamente a la nevera y se sirve una copa de vino. —Buenas noches, señor Grey. ¿Cenarán a las diez, señor? —Me parece muy bien. Christian alza su copa. —Por los ex militares que entrenan bien a sus hijas —dice, y se le suaviza la mirada. —Salud —musito, y levanto mi copa. —¿Qué pasa? —pregunta Christian. —No sé si todavía tengo trabajo. Él ladea la cabeza. —¿Sigues queriendo tenerlo? —Claro. —Entonces todavía lo tienes. Así de simple. ¿Ves? Él es el amo y señor de mi universo. Le miro con los ojos en blanco y él sonríe. *** La señora Jones ha preparado un exquisito pastel de pollo, y se ha retirado para que disfrutemos del fruto de su trabajo. Ahora que ya puedo comer algo, me siento mucho mejor. Estamos sentados en la barra del desayuno, y aunque intento engatusarlo, Christian se niega a contarme qué ha descubierto Barney en el ordenador de Jack. Aparco el tema, y decido en su lugar abordar el espinoso asunto de la inminente visita de José. —Me ha llamado José —digo en tono despreocupado.