Literatura BDSM Cincuenta sombras más oscuras | Page 310
cosas por correo está muy bien, pero la verdad es que tenemos que hablar. Quizá
después de mi charla con el doctor Flynn. Dejo la BlackBerry y doy por terminada mi
pequeña reconciliación.
***
Hacia las seis y cuarto la oficina está desierta. He leído todo lo que me ha
encargado Jack. He reservado un taxi para que le lleve al aeropuerto, y acabo de
entregarle sus documentos. Echo una mirada ansiosa a través del cristal, pero él sigue
concentrado en su llamada telefónica, y no quiero interrumpirle; no, visto el humor que
tiene hoy.
Mientras espero a que termine, se me ocurre que hoy no he comido. Oh,
no… eso no le sentará bien a Cincuenta. Me dirijo rápidamente hacia la cocina para
ver si quedan galletas.
Estoy abriendo el tarro comunitario de galletas cuando Jack aparece de
repente en el umbral de la cocina, mirándome fijamente.
Oh. ¿Qué está haciendo aquí?
Me fulmina con la mirada.
—Bueno, Ana. Creo que este es un buen momento para hablar de tus fallos.
Entra y cierra la puerta, e inmediatamente se me seca la boca y en mi mente
suena una alarma fuerte e insistente.
Oh, no.
En sus labios se dibuja una sonrisa grotesca, y sus ojos tienen un brillo
profundo e intenso de color cobalto.
—Por fin estamos a solas —dice, y se lame el labio superior muy despacio.
¿Qué?
—Ahora… ¿vas a ser buena chica y escucharás con mucha atención lo que
te diga?