Literatura BDSM Cincuenta sombras más oscuras | Page 27

2 Me lleva a un restaurante pequeño e íntimo. —Habrá que conformarse con este sitio —refunfuña Christian—. Tenemos poco tiempo. A mí el local me parece bien. Sillas de madera, manteles de lino y paredes del mismo color que el cuarto de juegos de Christian —rojo sangre intenso—, con espejitos dorados colocados arbitrariamente, velas blancas y jarroncitos con rosas blancas. Ella Fitzgerald se oye bajito de fondo, cantándole a esa cosa llamada amor. Es muy romántico. El camarero nos 6