Literatura BDSM Cincuenta sombras más oscuras | Page 262
haya pasado mucho más tiempo. Ethan me ha dejado la puerta abierta. Entro y, no sé
por qué, pero en cuanto estoy dentro me quedo paralizada instintivamente. Tardo un
momento en darme cuenta de que es porque hay una persona pálida y triste de pie junto
a la encimera de la isla de la cocina, sosteniendo un pequeño revólver: es Leila, que
me observa impasible.