Literatura BDSM Cincuenta sombras más oscuras | Page 257

folleto. Opto por creer que se trata de esto último. —Están muy bien, Ana. —Lo hojea tranquilamente—. Sí, buen trabajo. ¿Vas a ver a tu novio esta noche? Tuerce el labio al decir «novio». —Sí. Vivimos juntos. Es una verdad a medias. Bueno, en este momento sí es cierto, así que no es más que una mentira inocente. Espero que con eso baste para disuadirle. —¿Se molestaría si fueras conmigo a tomar una copa rápida esta noche? Para celebrar todo el trabajo que has hecho. —Tengo un amigo que vuelve a la ciudad esta noche, y saldremos todos a cenar. Y estaré ocupada todas las noches, Jack. —Ya veo. —Suspira, exasperado—. ¿Quizá cuando vuelva de Nueva York, entonces? Levanta las cejas, expectante, y se le enturbia la mirada de forma sugerente. Oh, no… Esbozo una sonrisa evasiva y reprimo un estremecimiento. —¿Te apetece un café o un té? —pregunto. —Café, por favor —dice en voz baja y ronca, como si estuviera pidiendo otra cosa. Maldita sea. Ahora me doy cuenta de que no piensa rendirse. Oh… ¿qué hago? Cuando salgo de su despacho respiro hondo, ya mucho más tranquila. Jack me pone muy tensa. Christian no se equivoca con él, y en parte me molesta que tenga razón. Me siento a mi mesa y suena mi BlackBerry: un número que no reconozco. —Ana Steele. —¡Hola, Steele! El alegre tono de Ethan me coge momentáneamente desprevenida. —¡Ethan! —casi grito de alegría—. ¿Cómo estás? —Encantado de haber vuelto. Estaba francamente harto de sol y de ponches de ron, y de mi hermana pequeña perdidamente enamorada de ese tipo tan importante. Ha sido infernal, Ana. —¡Ya! Mar, arena, sol y ponches de ron recuerda mucho al «I