Literatura BDSM Cincuenta sombras más oscuras | Page 215

Christian se inclina sobre mí. Está afeitado, limpio, fresco… mmm, qué bien huele. Lleva una camisa blanca impoluta y traje negro, sin corbata: el señor presidente ha vuelto. Dios bendito, qué guapo está así también. —¿Qué pasa? —pregunta. —Ojalá volvieras a la cama. Separa los labios, sorprendido por mi insinuación, y sonríe casi con timidez. —Es usted insaciable, señorita Steele. Por seductora que resulte la idea, tengo una reunión a las ocho y media, así que tengo que irme enseguida. Oh, me he quedado dormida, una hora más o menos. Maldita sea. Salto de la cama, ante la expresión divertida de Christian. Me ducho y me visto a toda prisa, y me pongo la ropa que preparé anoche: una falda gris perla muy favorecedora, una blusa de seda gris claro y zapatos negros de tacón alto, todo ello parte de mi nuevo guardarropa. Me cepillo el pelo y me lo recojo con cuidado, y luego salgo de la enorme habitación, sin saber realmente qué me espera. ¿Cómo voy a ir al trabajo? Christian está tomando café en la barra del desayuno. La señora Jones está en la cocina haciendo tortitas y friendo beicon. —Estás muy guapa —murmura Christian. Me pasa un brazo alrededor y me besa bajo la oreja. Por el rabillo del ojo, observo que la señora Jones sonríe. Me ruborizo. —Buenos días, señorita Steele —dice ella, y me pone las tortitas y el beicon delante. —Oh, gracias. Buenos días —balbuceo. Madre mía, no me costaría nada acostumbrarme a esto. —El señor Grey dice que le gustaría llevarse el almuerzo al trabajo. ¿Qué le apetecería comer? Miro de reojo a Christian, que hace esfuerzos por no sonreír. Entorno los ojos. —Un sándwich… ensalada. La verdad, no me importa —digo esbozando una amplia sonrisa a la señora Jones. —Ya improvisaré una bolsa con el almuerzo para usted, señora. —Por favor, señora Jones, llámeme Ana. —Ana. Sonríe y se da la vuelta para prepararme un té. Vaya… esto es una gozada. Me doy la vuelta y ladeo la cabeza mirando a Christian, desafiándole: venga, acúsame de coquetear con la señora Jones. —Tengo que irme, cariño. Taylor vendrá a recogerte y te dejará en el trabajo con Sawyer.