Literatura BDSM Cincuenta sombras más oscuras | Page 206
Consigo que entren en las troneras otras tres bolas en rápida sucesión.
Estoy dando saltos de alegría por dentro. En este momento siento una gratitud enorme
hacia José por haberme enseñado a jugar a billar, y a jugar tan bien. Christian observa
impasible, sin expresar nada, pero parece que ya no se divierte tanto. Fallo la bola
listada verde por un pelo.
—¿Sabes, Anastasia?, podría estar todo el día viendo cómo te inclinas y te
estiras sobre esta mesa de billar —dice con pícara galantería.
Me ruborizo. Gracias a Dios que llevo vaqueros. Él sonríe satisfecho.
Intenta despistarme del juego, el muy cabrón. Se quita el jersey beis, lo tira sobre el
respaldo de una silla, me mira sonriente y se dispone a hacer la primera tirada.
Se inclina sobre la mesa. Se me seca la boca. Oh, ahora sé a qué ese
refería. Christian, con vaqueros ajustados y una camiseta blanca, inclinándose así… e 0