Literatura BDSM Cincuenta sombras más oscuras | Page 125
7
Maldita sea… ¿realmente acabo de hacer eso? Debe de ser el alcohol. He
bebido bastante champán, más cuatro copas de cuatro vinos distintos. Levanto la vista
hacia Christian, que está aplaudiendo.
Dios… va a enfadarse mucho, ahora que estábamos tan bien. Mi
subconsciente ha decidido finalmente hacer acto de presencia, y luce la cara de El
grito de Edvard Munch.
Christian se inclina hacia mí, con una falsa sonrisa estampada en la cara.
Me besa en la mejilla y después se acerca más para susurrarme al oído, con una voz
muy fría y controlada:
—No sé si adorarte puesto de rodillas o si darte unos azotes que te dejen
sin aliento.
Oh, yo sé lo que quiero ahora mismo. Levanto los ojos parpade