Literatura BDSM Cincuenta sombras más oscuras | Page 114
—¿De dónde has sacado el pintalabios? —le pregunto a Christian en voz
baja.
Sonríe y señala al frente.
—De Taylor —articula en silencio.
Me echo a reír.
—Oh…
Y me paro en seco… las bolas.
Me muerdo el labio. Christian me mira risueño y con un brillo malicioso en
los ojos. Sabe perfectamente lo que se hace, como el animal sexy que es.
—Relájate —musita—. Si te resulta excesivo…
Se le quiebra la voz y me besa con dulzura cada nudillo, por turnos, y luego
me chupa la punta del meñique.
Ahora sé que lo hace a propósito. Cierro los ojos mientras un deseo oscuro
se expande por mi cuerpo. Me rindo momentáneamente a esa sensación, y comprimo
los músculos de las entrañas.
Cuando abro los ojos, Christian me está observando fijamente, como un
príncipe tenebroso. Debe de ser por el esmoquin y la pajarita, pero parece mayor,
sofisticado, un libertino fascinantemente apuesto con intenciones licenciosas.
Sencillamente, me deja sin respiración. Estoy subyugada por su sexualidad, y, s