Literatura BDSM Cincuenta sombras más oscuras | Page 103
susurro.
Me sonríe con malicia y levanta las manos en un gesto de consentimiento.
—Bien, señorita Steele, soy todo tuyo.
Yo grito con placer infantil, me arrojo a sus brazos y le tumbo en la cama.
Se gira y suelta una carcajada juvenil llena de alivio, ahora que la pesadilla ha
terminado. Y, sin saber cómo, acabo debajo de él.
—Y ahora, lo que habíamos dejado para otro momento… —murmura, y su
boca reclama la mía una vez más.