Literatura BDSM Cincuenta sombras más oscuras | Page 267

Christian se acerca tranquilamente a donde ha caído el arma, se inclina con agilidad para recogerla, y luego se la mete en el bolsillo de la americana. Mira una vez más a Leila, que sigue dócilmente arrodillada junto a la encimera de la isla. —Anastasia, ve con Taylor —ordena. Taylor cruza el umbral y se me queda mirando. —Ethan —susurro. —Abajo —contesta expeditivo, sin apartar los ojos de Leila. Abajo. No aquí. Ethan está bien. Un fuerte estremecimiento de alivio me recorre todo el cuerpo, y por un momento creo que voy a desmayarme. —Anastasia… En la voz de Christian hay un deje de advertencia. Le miro, y de pronto soy incapaz de moverme. No quiero dejarle… dejarle con ella. Él se coloca al lado de Leila, que permanece arrodillada a sus pies. Se cierne sobre ella, la protege. Ella está tan quieta… es antinatural. No puedo dejar de mirarles a los dos… juntos… —Por el amor de Dios, Anastasia, ¿por una vez en tu vida puedes hacer lo que te dicen y marcharte? Con una voz fría como un témpano de hielo, Christian me fulmina con la mirada y frunce el ceño. Tras la calma deliberada con que pronuncia esas palabras, se oculta una furia palpable. ¿Furioso conmigo? Dios, no. ¡Por favor… no! Me siento como si me hubiera dado un bofetón. ¿Por qué quiere quedarse con ella? —Taylor. Lleva a la señorita Steele abajo. Ahora. Taylor asiente y yo miro a Christian. —¿Por qué? —susurro. —Vete. Vuelve al apartamento. —La frialdad de sus ojos me fulmina—. Necesito estar a solas con Leila —dice en tono apremiante. Creo que intenta transmitir una especie de mensaje, pero estoy tan alterada por todo lo sucedido que no estoy segura. Observo a Leila y veo aparecer una levísima sonrisa en sus labios, pero aparte de eso sigue totalmente impasible. Una sumisa total. ¡Santo Dios! Se me hiela el corazón. Esto es lo que él necesita. Esto es lo que le gusta. ¡No…! Siento unas terribles ganas de llorar. —Señorita Steele. Ana… Taylor me tiende la mano, suplicándome que vaya con él. Yo estoy inmovilizada por el terrorífico espectáculo que tengo ante mí. Esto confirma mis peores temores y acrecienta todas mis inseguridades. Christian y Leila juntos… el Amo y su sumisa. —Taylor —insiste Christian, y Taylor se inclina y me coge en volandas. Lo último que veo es a Christian acariciándole la cabeza a Leila con