Literatura BDSM Cincuenta sombras liberadas | Page 13

cuerpo de crema. —Eres preciosa. Soy un hombre con suerte —murmura mientras sus dedos pasan casi rozando mis pechos para extender la crema. —Sí, cierto. Es usted un hombre afortunado, señor Grey. —Le miro a través de las pestañas con coqueta modestia. —La modestia le sienta bien, señora Grey. Vuélvete. Voy a darte crema en la espalda. Sonriendo, me doy la vuelta y él me desata la tira trasera del biquini obscenamente caro que llevo. —¿Qué te parecería si hiciera topless como las demás mujeres de la playa? —le pregunto. —No me gustaría nada —me dice sin dudarlo—. Ni siquiera me gusta que lleves tan poca cosa como ahora. —Se acerca a mí inclinándose y me susurra al oído—. No tientes a la suerte. —¿Me está desafiando, señor Grey? —No. Estoy enunciando un hecho, señora Grey. Suspiro y sacudo la cabeza. Oh, Christian… mi posesivo y celoso obseso del control… Cuando termina me da un azote en el culo. —Ya está, señorita. Su BlackBerry, omnipresente y siempre encendida, empieza a vibrar. Frunzo el ceño y él sonríe. —Solo para mis ojos, señora Grey.