Literatura BDSM Cincuenta sombras liberadas | Page 11
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través de las
admiro el
de los
L evanto la vista para mirar a mediterráneo. rendijas de la sombrilla de brezo y a mi lado,más azulen una
cielos, un azul veraniego,
Suspiro satisfecha. Christian está
tirado
tumbona. Mi marido, mi sexy y guapísimo marido, sin camisa y con unos vaqueros cortados, está leyendo un
libro que predice la caída del sistema bancario occidental. Sin duda se trata de una lectura absorbente porque
jamás le había visto tan quieto. Ahora mismo parece más un estudiante que el presidente de una de las
principales empresas privadas de Estados Unidos.
Son los últimos días de nuestra luna de miel y estamos haraganeando bajo el sol de la tarde en la playa del
hotel Beach Plaza Monte Carlo de Mónaco, aunque en realidad no nos alojamos en él. Abro los ojos para
buscar al Fair Lady, que está anclado en el puerto. Nosotros estamos en un yate de lujo, por supuesto.
Construido en 1928, flota majestuosamente sobre las aguas, reinando sobre todos los demás barcos del
puerto. Parece de juguete. A Christian le encanta y sospecho que tiene la tentación de comprarlo. Los niños y
sus juguetes…
Me acomodo en la tumbona y me pongo a escuchar la selección de música que ha metido Christian Grey
en mi nuevo iPod y me quedo medio dormida bajo el sol de última hora de la tarde recordando su proposición
de matrimonio. Oh, esa maravillosa proposición que me hizo en la casita del embarcadero… Casi puedo oler
el aroma de las flores del prado…
—¿Y si nos casamos mañana? —me susurra Christian al oído.
Estoy tumbada sobre su pecho bajo la pérgola llena de flores de la casita del embarcadero, más que
satisfecha tras haber hecho el amor apasionadamente.
—Mmm…
—¿Eso es un sí? —Reconozco en su voz cierta sorpresa y esperanza.
—Mmm.
—¿O es un no?
—Mmm.
Siento que sonríe.
—Señorita Steele, ¿está siendo incoherente?
Yo también sonrío.
—Mmm.
Ríe y me abraza con fuerza, besándome en el pelo.
—En Las Vegas. Mañana. Está decidido.
Adormilada, levanto la cabeza.