Literatura BDSM Cincuenta sombras de Grey ( E.L. James ) | Page 84
perfecto caballero, excepto quizá en raros y preciosos momentos en los ascensores.
Me ruborizo al recordar su boca pegada a la mía y se me pasa por la cabeza la idea
de que yo no he podido tocarlo. Quería deslizar mis dedos por su pelo alborotado,
pero no podía mover las manos. Me siento, en retrospectiva, frustrada.
—A mí me ha gustado lo que ha pasado en el ascensor —murmuro saliendo del
coche.
No estoy segura de si oigo un jadeo ahogado, pero decido hacer caso omiso y
subo los escalones de la entrada.
Kate y Elliot están sentados a la mesa. Los libros de catorce mil dólares no
siguen allí, afortunadamente. Tengo planes para ellos. Kate muestra una sonrisa
ridícula y poco habitual en ella, y su melena despeinada le da un aire muy sexy.
Christian me sigue hasta el comedor, y aunque Kate sonríe con cara de habérselo
pasado en grande toda la noche, lo mira con desconfianza.
—Hola, Ana.
Se levanta para abrazarme y al momento se separa un poco y me mira de arriba
abajo. Frunce el ceño y se gira hacia Christian.
—Buenos días, Christian —le dice en tono ligeramente hostil.
—Señorita Kavanagh —le contesta en su envarado tono formal.
—Christian, se llama Kate —refunfuña Elliot.
—Kate.
Christian asiente con educación y mira a Elliot, que se ríe y se levanta para
abrazarme él también.
—Hola, Ana.
Sonríe y sus ojos azules brillan. Me cae bien al instante. Es obvio que no tiene
nada que ver con Christian, pero, claro, son hermanos adoptivos.
—Hola, Elliot.
Le sonrío y me doy cuenta de que estoy mordiéndome el labio.
—Elliot, tenemos que irnos —dice Christian en tono suave.
—Claro.
Se gira hacia Kate, la abraza y le da un beso interminable.
Vaya… meteos en una habitación. Me miro los pies, incómoda. Levanto los ojos
hacia Christian, que está mirándome fijamente. Le sostengo la mirada. ¿Por qué no
me besas así? Elliot sigue besando a Kate, la empuja hacia atrás y la hace doblarse