Literatura BDSM Cincuenta sombras de Grey ( E.L. James ) | Page 454

Arquea la ceja, sorprendido. —Me alegro de que te acuerdes —murmura, y veo que lo he impresionado—. Solo a ti se te ocurre empezar a tomar una píldora de horario específico en una zona horaria distinta. Quizá deberías esperar media hora hoy y otra media hora mañana, hasta que al final terminaras tomándotela a una hora razonable. —Buena idea —digo—. Vale, ¿y qué hacemos durante esa media hora? Le guiño el ojo con expresión inocente. —Se me ocurren unas cuantas cosas. Sonríe lascivo. Yo lo miro impasible mientras mis entrañas se contraen y se derritan bajo su mirada de complicidad. —Aunque también podríamos hablar —propongo a media voz. Frunce el ceño. —Prefiero lo que tengo en mente. Me sube a su regazo. —Tú siempre antepondrías el sexo a la conversación. Río y me aferro a sus brazos. —Cierto. Sobre todo contigo. —Inhala mi pelo y empieza a regarme de besos desde debajo de la oreja hasta el cuello—. Quizá encima del piano —susurra. Madre mía. Se me tensa el cuerpo entero de pensarlo. Encima del piano. Uau. —Quiero que me aclares una cosa —susurro mientras se me empieza a acelerar el pulso, y la diosa que llevo dentro cierra los ojos y saborea la caricia de sus labios en los míos. Interrumpe momentáneamente su sensual asalto. —Siempre tan ávida de información, señorita Steele. ¿Qué quieres que te aclare? —me dice soltando su aliento sobre la base del cuello, y sigue besándome con suavidad. —Lo nuestro —le susurro, y cierro los ojos. —Mmm… ¿Qué pasa con lo nuestro? Deja de regarme de besos el hombro. —El contrato. Levanta la cabeza para mirarme, con un brillo divertido en los ojos, y suspira. Me acaricia la mejilla con la yema de los dedos.