Literatura BDSM Cincuenta sombras de Grey ( E.L. James ) | Page 432
Una vez a bordo, rodeada del lujo de primera clase, me acurruco en el asiento e
intento recomponerme. Siempre me resulta doloroso separarme de mi madre; es
atolondrada, desorganizada, pero de pronto perspicaz, y me quiere. Con un amor
incondicional, el que todo niño merece de sus padres. El rumbo que toman mis
pensamientos me hace fruncir el ceño, saco la BlackBerry y la miro consternada.
¿Qué sabe Christian del amor? Parece que no recibió el amor incondicional al
que tenía derecho durante su infancia. Se me encoge el corazón y, como un céfiro
suave, me vienen a la cabeza las palabras de mi madre: «Sí, Ana. Dios, ¿qué más
necesitas? ¿Un rótulo luminoso en su frente?». Cree que Christian me quiere, pero,
claro, ella es mi madre, ¿cómo no va a pensarlo? Para ella, me merezco lo mejor.
Frunzo el ceño. Es verdad, y, en un instante de asombrosa lucidez, lo veo. Es muy
sencillo: yo quiero su amor. Necesito que Christian Grey me quiera. Por eso recelo
tanto de nuestra relación, porque, a un nivel profundo y esencial, reconozco en mi
interior un deseo incontrolable y profundamente arraigado de ser amada y
protegida.
Y, debido a sus cincuenta sombras, me contengo. El sado es una distracción del
verdadero problema. El sexo es alucinante, y él es rico, y guapo, pero todo eso no
vale nada sin su amor, y lo más desesperante es que no sé si es capaz de amar. Ni
siquiera se quiere a sí mismo. Recuerdo el desprecio que sentía por sí mismo, y que
el amor de ella era la única manifestación de afecto que encontraba «aceptable».
Castigado —azotado, golpeado, lo que fuera que conllevara su relación—, no se
considera digno de amor. ¿Por qué se siente así? ¿Cómo puede sentirse así? Sus
palabras resuenan en mi cabeza: «Resulta muy difícil crecer en una familia perfecta
cuando tú no eres perfecto».
Cierro los ojos, imagino su dolor, y no alcanzo a comprenderlo. Me estremezco
al pensar que quizá he hablado demasiado. ¿Qué le habré confesado a Christian en
sueños? ¿Qué secretos le habré revelado?
Miro fijamente la BlackBerry con la vaga esperanza de que me ofrezca
respuestas. Como era de esperar, no se muestra muy comunicativa. Aún no hemos
iniciado el despegue, así que decido mandarle un correo a mi Cincuenta Sombras.
De: Anastasia SteeleFecha: 3 de junio de 2011 12:53 ESTPara: Christian
GreyAsunto: Rumbo a casa
Querido señor Grey:Ya estoy de nuevo cómodamente instalada en primera, lo cual
te agradezco. Cuento los minutos que me quedan para verte est