Literatura BDSM Cincuenta sombras de Grey ( E.L. James ) | Page 423
—Pagarte el desayuno.
Resopla.
—Me parece que no —suelta con un bufido.
—Por favor. Quiero hacerlo.
Me mira ceñudo.
—¿Quieres castrarme del todo?
—Este es probablemente el único sitio en el que puedo permitirme pagar.
—Anastasia, te agradezco la intención. De verdad. Pero no.
Frunzo los labios.
—No te enfurruñes —me amenaza, con un brillo inquietante en los ojos.
Como era de esperar, no me pregunta la dirección de mi madre. Ya la sabe, como
buen acosador que es. Cuando se detiene frente a la puerta de la casa, no hago
ningún comentario. ¿Para qué?
—¿Quieres entrar? —le pregunto tímidamente.
—Tengo que trabajar, Anastasia, pero esta noche vengo. ¿A qué hora?
Hago caso omiso de la desagradable punzada de desilusión. ¿Por qué quiero
pasar hasta el último segundo con este dios del sexo tan controlador? Ah, sí,
porque me he enamorado de él y sabe volar.
—Gracias… por el más.
—Un placer, Anastasia.
Me besa e inhalo su sensual olor a Christian.
—Te veo luego.
—Intenta impedírmelo —me susurra.
Le digo adiós con la mano mientras su coche se pierde en la luz del sol de
Georgia. Llevo su sudadera y su ropa interior, y tengo mucho calor.
En la cocina, mi madre está hecha un manojo de nervios. No tiene que agasajar a
un multimillonario todos los días, y está bastante estresada.
—¿Cómo estás, cariño? —pregunta, y me sonrojo, porque debe de saber lo que
estuve haciendo anoche.
—Estoy bien. Christian me ha llevado a planear esta mañana.