Literatura BDSM Cincuenta sombras de Grey ( E.L. James ) | Page 370

desafíes. Es una experiencia nueva y refrescante, y no me gustaría que eso cambiara. Así que sí, dime a qué te refieres cuando me pides más. Me esforzaré por ser abierto y procuraré darte el espacio que necesitas y mantenerme alejado de ti mientras estés en Georgia. Espero con ilusión tu próximo correo.Entretanto, diviértete. Pero no demasiado. Christian GreyPresidente de Grey Enterprises Holdings, Inc. Madre mía. Ha escrito una redacción como las del colegio, y casi todo lo que dice es bueno. Con el corazón en la boca, releo su epístola y me acurruco en la cama del cuarto de invitados prácticamente abrazada a mi Mac. ¿Que prorroguemos nuestro contrato a un año? ¡Que soy yo la que tiene el poder! Voy a tener que meditar sobre eso. Que me lo tome al pie de la letra, eso es lo que me ha dicho mamá. No quiere perderme. ¡Ya me lo ha dicho dos veces! También, que quiere que esto funcione. ¡Ay, Christian, y yo! ¡Que va a procurar mantenerse alejado! ¿Significa eso que a lo mejor no lo consigue? De pronto, deseo que así sea. Quiero verlo. No llevamos separados ni veinticuatro horas, y al pensar que voy a estar cuatro días sin él me doy cuenta de lo mucho que lo echo de menos. De lo mucho que lo quiero. —Ana, cielo —me dice una voz suave y cálida, llena de amor y de dulces recuerdos de tiempos pasados. Una mano suave me acaricia la cara. Mi madre me despierta y yo estoy abrazada al portátil, cogida a él como una lapa. —Ana, cariño —sigue con su voz suave y cantarina mientras resurjo del sueño, parpadeando a la pálida luz rosada del atardecer. —Hola, mamá. Me desperezo y sonrío. —Nos vamos a cenar en media hora. ¿Aún quieres venir? —pregunta amable. —Sí, claro, desde luego. Me esfuerzo en vano por contener un bostezo. —Vaya, un artilugio impresionante —dice, señalando el portátil. Mierda.