Literatura BDSM Cincuenta sombras de Grey ( E.L. James ) | Page 346
—masculla.
—Lo que me gusta eres tú —le digo.
Sus ojos se agrandan y se oscurecen mientras me masajea el trasero desnudo.
—Desde luego, solo yo —gruñe, y de pronto, con un movimiento rápido, aparta
todos los planos y documentos del escritorio, que se esparcen por el suelo, y luego
me coge en brazos y me tumba en el lado corto de la mesa, de forma que la cabeza
casi me cuelga por el borde—. Tú lo has querido, nena —masculla, sacándose un
preservativo del bolsillo del pantalón al tiempo que se baja la cremallera.
Vaya con el boyscout. Desliza el condón por su miembro erecto y me mira.
—Espero que estés lista —dice con una sonrisa lasciva.
Y en un instante está dentro de mí y, sujetándome con fuerza las muñecas a los
costados, me penetra hasta el fondo.
Gimo… oh, sí.
—Dios, Ana. Sí que estás lista —susurra con veneración.
Enroscándole las piernas en la cintura, lo abrazo de la única forma que puedo
mientras él, de pie, me mira, con un brillo intenso en esos ojos grises, apasionado y
posesivo. Empieza a moverse, a moverse de verdad. Esto no es hacer el amor, esto
es follar, y me encanta. Gimo. Es tan crudo, tan carnal, me excita tanto. Gozo de su
penetración, su pasión sacia la mía. Se mueve con facilidad, gozándome,
disfrutando de mí, con la boca algo abierta a medida que se le acelera la
respiración. Gira las caderas de un l F