Literatura BDSM Cincuenta sombras de Grey ( E.L. James ) | Page 312
—Ojalá supiera lo que piensas tú.
Sonríe.
—Lo mismo digo, nena —susurra mientras Taylor nos adentra a toda velocidad
en la noche con rumbo a Bellevue.
Son casi las ocho cuando el Audi gira por el camino de entrada a una gran mansión
de estilo colonial. Impresionante, hasta las rosas que rodean la puerta. De libro
ilustrado.
—¿Estás preparada para esto? —me pregunta Christian mientras Taylor se
detiene delante de la imponente puerta principal.
Asiento con la cabeza y él me aprieta la mano otra vez para tranquilizarme.
—También es la primera vez para mí —susurra, y sonríe maliciosamente—.
Apuesto a que ahora te gustaría llevar tu ropita interior —dice, provocador.
Me ruborizo. Me había olvidado de que no llevo bragas. Por suerte, Taylor ha
salido del coche para abrirme la puerta y no ha podido oír nada de esto. Miro
ceñuda a Christian, que sonríe de oreja a oreja mientras yo me vuelvo y salgo del
coche.
La doctora Grace Trevelyan-Grey nos espera en la puerta. Lleva un vestido de
seda azul claro que le da un aire elegante y sofisticado. Detrás de ella está el señor
Grey, supongo, alto, rubio y tan guapo a su manera como Christian.
—Anastasia, ya conoces a mi madre, Grace. Este es mi padre, Carrick.
—Señor Grey, es un placer conocerlo.
Sonrío y le estrecho la mano que me tiende.
—El placer es todo mío, Anastasia.
—Por favor, llámeme Ana.
Sus ojos azules son dulces y afables.
—Ana, cuánto me alegro de volver a verte. —Grace me envuelve en un cálido
abrazo—. Pasa, querida.
—¿Ya ha llegado? —oigo gritar desde dentro de la casa.
Miro nerviosa a Christian.
—Esa es Mia, mi hermana pequeña —dice en tono casi irritado, pero no lo
suficiente.
Cierto afecto subyace bajo sus palabras; se le suaviza la voz y le chispean los