Literatura BDSM Cincuenta sombras de Grey ( E.L. James ) | Page 31
Muy bien. No había previsto esta respuesta. Niego con la cabeza, porque
sencillamente no lo sé.
—Bueno, voy a estar por aquí. Quizá mañana…
—¿Estaría dispuesto a hacer una sesión de fotos?
Vuelve a salirme la voz de pito. Kate estará encantada si lo consigo. Y podrás
volver a verlo mañana, me susurra seductoramente ese oscuro lugar al fondo de mi
cerebro. Descarto la idea. Es estúpida, ridícula…
—Kate estará encantada… si encontramos a un fotógrafo.
Estoy tan contenta que le sonrío abiertamente. Él abre los labios, como si
quisiera respirar hondo, y parpadea. Por una milésima de segundo parece algo
perdido, la Tierra cambia ligeramente de eje y las placas tectónicas se deslizan
hacia una nueva posición.
¡Dios mío! La mirada perdida de Christian Grey.
—Dígame algo mañana —me dice metiéndose la mano en el bolsillo trasero y
sacando la cartera—. Mi tarjeta. Está mi número de móvil. Tendría que llamarme
antes de las diez de la mañana.
—Muy bien —le contesto sonriendo.
Kate se pondrá contentísima.
—¡Ana!
Paul aparece al otro lado del pasillo. Es el hermano menor del señor Clayton.
Me habían dicho que había vuelto de Princeton, pero no esperaba verlo hoy.
—Discúlpeme un momento, señor Grey.
Grey frunce el ceño mientras me vuelvo.
Paul siempre ha sido un amigo, y en este extraño momento en que me las veo
con el rico, poderoso, asombrosamente atractivo y controlador obsesivo Grey, me
alegra hablar con alguien normal. Paul me abraza muy fuerte, y me pilla por
sorpresa.
—¡Ana, cuánto me alegro de verte! —exclama.
—Hola, Paul. ¿Cómo estás? ¿Has venido para el cumpleaños de tu hermano?
—Sí. Estás muy guapa, Ana, muy guapa.
Sonríe y se aparta un poco para observarme. Luego me suelta, pero deja un
brazo posesivo por encima de mis hombros. Me separo un poco, incómoda. Me
alegra ver a Paul, pero siempre se toma demasiadas confianzas.