Literatura BDSM Cincuenta sombras de Grey ( E.L. James ) | Page 28
—Algo así —admite esbozando una media sonrisa.
Echa un vistazo a nuestra sección de bridas para cables. ¿Para qué querrá eso?
No me lo imagino haciendo bricolaje. Desliza los dedos por las cajas de la
estantería, y por alguna inexplicable razón tengo que apartar la mirada. Se inclina
y coge una caja.
—Estas me irán bien —me dice con su sonrisa de estar guardando un secreto.
—¿Algo más?
—Quisiera cinta adhesiva.
¿Cinta adhesiva?
—¿Está decorando su casa?
Las palabras salen de mi boca antes de que pueda detenerlas. Seguro que
contrata a trabajadores o tiene personal que se la decora.
—No, no estoy decorándola —me contesta rápidamente.
Sonríe, y me da la extraña sensación de que está riéndose de mí.
¿Tan divertida soy? ¿Por qué le hago tanta gracia?
—Por aquí —murmuro incómoda—. La cinta está en el pasillo de la decoración.
Miro hacia atrás y veo que me sigue.
—¿Lleva mucho tiempo trabajando aquí? —me pregunta en voz baja,
mirándome fijamente.
Me ruborizo. ¿Por qué demonios tiene este efecto sobre mí? Me siento como una
cría de catorce años, torpe, como siempre, y fuera de lugar. ¡Mirada al frente,
Steele!
—Cuatro años —murmuro mientras llegamos a nuestro destino.
Por hacer algo, me agacho y cojo las dos medidas de cinta adhesiva que
tenemos.
—Me llevaré esta —dice Grey golpeando suavemente el rollo de cinta que le
tiendo.
Nuestros dedos se rozan un segundo, y ahí está de nuevo la corriente, que me
recorre como si hubiera tocado un cable suelto. Jadeo involuntariamente al sentirla
desplazándose hasta algún lugar oscuro e inexplorado en lo más profundo de mi
vientre. Intento desesperadamente serenarme.
—¿Algo más? —le pregunto con voz ronca y entrecortada.