Literatura BDSM Cincuenta sombras de Grey ( E.L. James ) | Page 268

—¿Cómo te has sentido cuando te estaba pegando y después? —No me ha gustado. Preferiría que no volvieras a hacerlo. —No tenía que gustarte. —¿Por qué te gusta a ti? Lo miro. Mi pregunta lo sorprende. —¿De verdad quieres saberlo? —Ah, créeme, me muero de ganas. Y no puedo evitar el sarcasmo. Vuelve a fruncir los ojos. —Cuidado —me advierte. Palidezco. —¿Me vas a pegar otra vez? —No, esta noche no. Uf… Mi subconsciente y yo suspiramos de alivio. —¿Y bien? —insisto. —Me gusta el control que me proporciona, Anastasia. Quiero que te comportes de una forma concreta y, si no lo haces, te castigaré, y así aprenderás a comportarte como quiero. Disfruto castigándote. He querido darte unos azotes desde que me preguntaste si era gay. Me sonrojo al recordarlo. Uf, hasta yo quise darme de tortas por esa pregunta. Así que la culpable de esto es Katherine Kavanagh: si hubiera ido ella a la entrevista y le hubiera hecho la pregunta, sería ella la que estaría aquí sentada con el culo dolorido. No me gusta la idea. ¿No es un lío todo esto? —Así que no te gusta como soy. Se me queda mirando, perplejo de nuevo. —Me pareces encantadora tal como eres. —Entonces, ¿por qué intentas cambiarme? —No quiero cambiarte. Me gustaría que fueras respetuosa y que siguieras las normas que te he impuesto y no me desafiaras. Es muy sencillo —dice. —Pero ¿quieres castigarme?