Literatura BDSM Cincuenta sombras de Grey ( E.L. James ) | Page 245

Estudia con recelo mi expresión de perplejidad. —¿Qué? —digo en voz baja. Lo que sea. Te doy lo que sea. —Que aceptes encantada el regalo de graduación que te hago. —Ah. Y muy en el fondo sé lo que es. Brota el temor en mi vientre. Me mira fijamente, evaluando mi reacción. —Ven —murmura, y se levanta y tira de mí. Se quita la cazadora, me la echa por los hombros y se dirige a la puerta. Aparcado fuera hay un descapotable rojo de tres puertas, un Audi. —Para ti. Feliz graduación —susurra, estrechándome en sus brazos y besándome el pelo. Me ha comprado un puñetero coche, completamente nuevo, a juzgar por su aspecto. Vaya… si ya me costó aceptar los libros. Lo miro alucinada, intentando desesperadamente decidir cómo me siento. Por un lado, me horroriza; por otro, lo agradezco, me flipa que realmente lo haya hecho, pero la emoción predominante es el enfado. Sí, estoy enfadada, sobre todo después de todo lo que le dije de los libros… pero, claro, ya lo ha comprado. Cogiéndome de la mano, me lleva por el camino de entrada hasta esa nueva adquisición. —Anastasia, ese Escarabajo tuyo es muy viejo y francamente peligroso. Jamás me lo perdonaría si te pasara algo cuando para mí es tan fácil solucionarlo… Él me mira, pero, de momento, yo no soy capaz de mirarlo. Contemplo en silencio el coche, tan asombrosamente nuevo y de un rojo tan luminoso. —Se lo comenté a tu padrastro. Le pareció una idea genial —me susurra. Me vuelvo y lo miro furiosa, boquiabierta de espanto. —¿Le mencionaste esto a Ray? ¿Cómo has podido? Me cuesta que me salgan las palabras. ¿Cómo te atreves? Pobre Ray. Siento náuseas, muerta de vergüenza por mi padre. —Es un regalo, Anastasia. ¿Por qué no me das las gracias y ya está? —Sabes muy bien que es demasiado. —Para mí, no; para mi tranquilidad, no. Lo miro ceñuda, sin saber qué decir. ¡Es que no lo entiende! Él ha tenido dinero