Literatura BDSM Cincuenta sombras de Grey ( E.L. James ) | Page 244
—Bueno, me alegro de que me lo hayas dicho. Quitamos los varazos de la lista
de momento. Y, a medida que te vayas sintiendo más cómoda con todo lo demás,
incrementaremos la intensidad. Lo haremos despacio.
Trago saliva, y él se inclina y me besa en la boca.
—Ya está, no ha sido para tanto, ¿no?
Me encojo de hombros, con el corazón en la boca otra vez.
—A ver, quiero comentarte una cosa más antes de llevarte a la cama.
—¿A la cama? —pregunto parpadeando muy deprisa, y la sangre me bombea
por todo el cuerpo, calentándome sitios que no sabía que existían hasta hace muy
poco.
—Vamos, Anastasia, después de repasar todo esto, quiero follarte hasta la
semana que viene, desde ahora mismo. Debe de haber tenido algún efecto en ti
también.
Me estremezco. La diosa que llevo dentro jadea.
—¿Ves? Además, quiero probar una cosa.
—¿Me va a doler?
—No… deja de ver dolor por todas partes. Más que nada es placer. ¿Te he hecho
daño hasta ahora?
Me ruborizo.
—No.
—Pues entonces. A ver, antes me hablabas de que querías más.
Se interrumpe, de pronto indeciso.
Madre mía… ¿adónde va a llegar esto?
Me agarra la mano.
—Podríamos probarlo durante el tiempo en que no seas mi sumisa. No sé si
funcionará. No sé si podremos separar las cosas. Igual no funciona. Pero estoy
dispuesto a intentarlo. Quizá una noche a la semana. No sé.
Madre mía… me quedo boquiabierta, mi subconsciente está en estado de shock.
¡Christian Grey acepta más! ¡Está dispuesto a intentarlo! Mi subconsciente se
asoma por detrás del sofá, con una expresión aún conmocionada en su rostro de
arpía.
—Con una condición.