Literatura BDSM Cincuenta sombras de Grey ( E.L. James ) | Page 219
Anoche me costó dormirme. Estuve dando vueltas a diversas opciones. Estoy
muy confundida. La idea que tiene Christian de una relación se parece mucho a
una oferta de empleo, con sus horarios, la descripción del trabajo y un
procedimiento de resolución de conflictos bastante riguroso. No imaginaba así mi
primera historia de amor… pero, claro, a Christian no le interesan las historias de
amor. Si le dijera que quiero algo más, seguramente me diría que no… y me
arriesgaría a perder lo que me ha ofrecido. Es lo que más me preocupa, porque no
quiero perderlo. Pero no estoy segura de tener estómago para ser su sumisa… En
el fondo, lo que me tira para atrás son las varas y los látigos. Como soy débil
físicamente, haría lo que fuera por evitar el dolor. Pienso en mi sueño… ¿Sería así?
La diosa que llevo dentro da saltos con pompones de animadora gritándome que
sí.
Kate vuelve a la cocina con su portátil. Me concentro en mi panecillo. Empieza a
leer su dicurso, y yo la escucho pacientemente.
Estoy vestida y lista cuando llega Ray. Abro la puerta de la calle y lo veo en el
porche con un traje que no le queda nada bien. Siento una cálida oleada de gratitud
y de amor hacia este hombre sencillo y me lanzo a sus brazos, una muestra de
cariño poco habitual en mí. Se queda desconcertado, perplejo.
—Hola, Annie, yo también me alegro de verte —murmura abrazándome.
Me aparta un poco, y con las manos en mis hombros me mira de arriba abajo
con el ceño fruncido.
—¿Estás bien, hija?
—Claro, papá. ¿No puedo alegrarme de ver a mi padre?
Sonríe arrugando las comisuras de sus ojos oscuros y me sigue hasta el
comedor.
—Estás muy guapa —me dice.
—El vestido es de Kate —le digo bajando la mirada hacia el vestido gris de seda
con la espalda descubierta.
Frunce el ceño.
—¿Dónde está Kate?
—Ha ido al campus. Va a pronunciar un discurso, así que tiene que estar allí
antes.
—¿Vamos tirando?