Literatura BDSM Cincuenta sombras de Grey ( E.L. James ) | Page 218
—Estoy bien.
Maldita sea. Debería haberme mirado en el espejo. Evito sus ojos verdes, que me
atraviesan. Todavía no me he recuperado del sueño.
—Sí, es la americana de Christian.
Frunce el ceño.
—¿Has dormido?
—No muy bien.
Cojo la tetera. Necesito un té.
—¿Qué tal la cena?
Ya empieza…
—Comimos ostras. Y luego bacalao, así que diría que hubo bastante pescado.
—Uf… Odio las ostras, pero no estoy preguntándote por la comida. ¿Qué tal con
Christian? ¿De qué hablasteis?
—Se mostró muy atento.
Me callo. ¿Qué puedo decirle? No tiene VIH, le interesa la interpretación, quiere
que obedezca todas sus órdenes, hizo daño a una mujer a la que colgó del techo de
su cuarto de juegos y quería follarme en el comedor privado. ¿Sería un buen
resumen? Intento desesperadamente recordar algo de mi cita con Christian que
pueda comentar con Kate.
—No le gusta Wanda.
—¿A quién le gusta, Ana? No es nada nuevo. ¿Por qué estás tan evasiva?
Suéltalo, amiga mía.
—Kate, hablamos de un montón de cosas. Ya sabes… de lo quisquilloso que es
con la comida. Por cierto, le gustó mucho tu vestido.
La tetera ya está hirviendo, así que me preparo una taza.
—¿Te apetece un té? ¿Quieres leerme tu discurso de hoy?
—Sí, por favor. Anoche estuve preparándolo en el Becca’s. Voy a buscarlo. Y sí,
me apetece mucho un té.
Kate sale corriendo de la cocina.
Uf, he conseguido darle esquinazo a Katherine Kavanagh. Abro un panecillo y
lo meto en la tostadora. Me ruborizo pensando en mi intenso sueño. ¿Qué
demonios ha pasado?