Literatura BDSM Cincuenta sombras de Grey ( E.L. James ) | Page 129

un golpecito en la espalda y me acerca el zumo de naranja. No tengo ni idea de en qué está pensando. —Si quieres quedarte, claro —añade. Lo miro intentando recuperar la serenidad. Su expresión es impenetrable. Es muy frustrante. —Me gustaría quedarme durante el día, si no hay problema. Mañana tengo que trabajar. —¿A qué hora tienes que estar en el trabajo? —A las nueve. —Te llevaré al trabajo mañana a las nueve. Frunzo el ceño. ¿Quiere que me quede otra noche? —Tengo que volver a casa esta noche. Necesito cambiarme de ropa. —Podemos comprarte algo. No tengo dinero para comprar ropa. Levanta la mano, me agarra de la barbilla y tira para que mis dientes suelten el labio inferior. No era consciente de que me lo estaba mordiendo. —¿Qué pasa? —me pregunta. —Tengo que volver a casa esta noche. Me mira muy serio. —De acuerdo, esta noche —acepta—. Ahora acábate el desayuno. La cabeza y el estómago me dan vueltas. Se me ha quitado el hambre. Contemplo la mitad de mi desayuno, que sigue en el plato. No me apetece comer ahora. —Come, Anastasia. Anoche no cenaste. —No tengo hambre, de verdad —susurro. Me mira muy serio. —Me gustaría mucho que te terminaras el desayuno. —¿Qué problema tienes con la comida? —le suelto de pronto. Arruga la frente. —Ya te dije que no soporto tirar la comida. Come —me dice bruscamente, con expresión sombría, dolida.