Literatura BDSM Cincuenta sombras de Grey ( E.L. James ) | Page 125

de pervertida esclava sexual. ¿ESTÁS LOCA?, me grita. Sigo mirándome en el espejo y me estremezco. Tengo que asimilar todo esto. Sinceramente, me he encaprichado de un hombre guapísimo, que está forrado y que tiene un cuarto rojo del dolor esperándome. Me estremezco. Estoy desconcertada y confundida. Tengo el pelo hecho un desastre, como siempre. El pelo revuelto no me queda nada bien. Intento poner orden en ese caos con los dedos, pero no lo consigo y me rindo… Quizá tenga alguna goma en el bolso. Me muero de hambre. Vuelvo a la habitación. El bello durmiente sigue dormido, así que lo dejo y voy a la cocina. Oh, no… Kate. Dejé el bolso en el estudio de Christian. Voy a buscarlo y saco el móvil. Tres mensajes. *Todo OK Ana* *Donde estas Ana* *Maldita sea Ana* Llamo a Kate, pero no me contesta y le dejo un mensaje en el contestador diciéndole que estoy viva y que Barbazul no ha acabado conmigo, bueno, al menos no en el sentido que podría preocuparle… o quizá sí. Estoy muy confundida. Tengo que intentar aclararme y analizar mis sentimientos hacia Christian Grey. Es imposible. Muevo la cabeza dándome por vencida. Necesito estar sola, lejos de aquí, para pensar. Encuentro en el bolso dos gomas para el pelo y rápidamente me hago dos trenzas. ¡Sí! Quizá cuanto más niña parezca, más a salvo estaré de Barbazul. Saco el iPod del bolso y me pongo los auriculares. No hay nada como la música para cocinar. Me meto el iPod en el bolsillo de la camisa de Christian, subo el volumen y empiezo a bailar. Dios, qué hambre tengo. La cocina me intimida un poco. Es elegante y moderna, con armarios sin tiradores. Tardo unos segundos en llegar a la conclusión de que tengo que