Literatura BDSM Cincuenta sombras de Grey ( E.L. James ) | Page 108

alterna como continua), fuego o llamas en el cuerpo. Uf. ¡Tiene que escribirlos! Por supuesto… todos estos límites parecen sensatos y necesarios, la verdad… Seguramente cualquier persona en su sano juicio no querría meterse en este tipo de cosas. Pero se me ha revuelto el estómago. —¿Quieres añadir algo? —me pregunta amablemente. Mierda. No tengo ni idea. Estoy totalmente perpleja. Me mira y arruga la frente. —¿Hay algo que no quieras hacer? —No lo sé. —¿Qué es eso de que no lo sabes? Me remuevo incómoda y me muerdo el labio. —Nunca he hecho cosas así. —Bueno, ¿ha habido algo que no te ha gustado hacer en el sexo? Por primera vez en lo que parecen siglos, me ruborizo. —Puedes decírmelo, Anastasia. Si no somos sinceros, no va a funcionar. Vuelvo a removerme incómoda y me contemplo los dedos nudosos. —Dímelo —me pide. —Bueno… Nunca me he acostado con nadie, así que no lo sé —le digo en voz baja. Levanto los ojos hacia él, que me mira boquiabierto, paralizado y pálido, muy pálido. —¿Nunca? —susurra. Asiento. —¿Eres virgen? Asiento con la cabeza y vuelvo a ruborizarme. Cierra los ojos y parece estar contando hasta diez. Cuando los abre, me mira enfadado. —¿Por qué cojones no me lo habías dicho? —gruñe.