Esa noche, Raúl cenó demasiado, incluso ya no quería más. Era raro en él… descansamos
temprano para que Andrea y Raúl viajen en la madrugada.
Quinto día, Rodrigo y yo nos encontrábamos solos en Pichos, fuimos a desayunar, Rodrigo
sufrió trasladando los materiales del hospital hasta el mercado, yo lo acompañé el primer viaje,
luego me quedé cuidando las cosas. Ese día dibujé al séptimo gorrión; fue el que me salió más
bonito, ya con detalles mejorados. En la tarde esperamos el regreso de Andrea; quien continuó
con el paisaje de una de las calles del pueblo. Rescato la habilidad que tiene ella, es genial el
trabajo que realiza, la paciencia que tiene y los detalles que realiza. Rodrigo, nos comenta que
tiene ciertos celos del trabajo de Andrea, y quién no, si lo hace muy bien. Esa tarde, yo hecho a
perder el trabajo de uno de los gorriones, el famoso tronco que me sale horrible, que no con-
trasta con la rama que se encontraba con el otro gorrión, yo entro en crisis emocional, no me
gustaba aquello, de hecho a nadie le gustaba, quise arreglarlo, pero la noche no me permitía,
estaba frustrada, pero no con ganas de decaer, sino de arreglar el error… Andrea y Rodrigo
optaron por ir a la plaza, donde si hay facilidad de la luz para dar por finalizado esas paredes.
Fotografiamos el trabajo terminado en esa parte. El señor del restaurante nos llevó la cena, los
perros destrozaron la bolsa donde echamos la basura. Y al terminar ese trabajo Andrea y yo nos
divertimos recogiendo con los pies la basura tirada. Nos fuimos a descansar, y fue la noche que
Andrea no sintió frio porque cada uno se envolvió con una frazada, al fin se puso en práctica la
idea que tuvo el segundo día.
Ya eran los últimos días que estaba con los chicos en Pichos, ya me había acostumbrado a
convivir con ellos, fue una gran oportunidad para conocerlos más, y hoy puedo asegurar que los
brazos y corazones de los integrantes de la Cofradía Artística En Blanco están abiertos para
recibir, apoyar, caminar junto a aquellos que quieran formar parte de un camino Artístico.
No describiré el último día de mi estadía porque cada vez que lo lea, sentiré una enorme
tristeza, no quise dejar solos a los chicos, pero no pude quedarme más tiempo, los deberes me
exigían que regrese a Huancayo… Aprendí mucho de ellos, en sí, de todos los que fuimos a
Pichos. Fue un convivio humano bastante fortalecedor.
PROSA
Yanina Solis Mandujano
ENCAMINÁNDOME SOBRE LAS NO-
TAS MUSICALES DEL VIOLÍN
Instrumento de cuerda, complejo de aprender
a tocar, hace poco enlacé mis manos en tu cuerpo y
en tu arco, exploré melodías desastrosas en ti, pues
mis hombros, parte del cuello y manos no sabían
cómo manejarte. Hace poco inicié con el aprendi-
zaje sobre ti, y hoy sin haber culminado la absorción
de tus melodías me despido por un tiempo… Regre-
saré para formarte parte de mis oídos y manos, re-
gresaré para encaminarme sobre tus notas y así re-
producir dulces melodías en ti.
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